Alzamiento

Existe una lucidez arrobadora en los poemas cívicos o civiles de Camilo Godoy Pichón (Santiago, 1991), los cuales atrapan con sagacidad el latido de la hora presente -a punta de coa, neologismos y expresiones populares varias reñidas con las buenas costumbres del canon y la academia- como muy pocas veces se logra en la joven poesía chilena. Denota nuestro autor un cierto lenguaje poético trabajado con oficio y destreza contextualizado en estos días grises cuando en el panorama na(z)ional surge un país posno y neoliberal, cuya constitución política de estado nos recuerda a cada rato que hay que “hacer de lo real un mall chino”, reflejado esto en una ciudadanía apática y paranoica -absurda diría yo- sumida en un voraz consumismo irrelevante, donde este poemario, “Alzamiento”, viene a sentar las bases de un nuevo humanismo, aullando en las periferias de una república botada a chora, moralmente anémica e insípida, que es preciso desenmascarar para refundarla desde sus cimientos, desde su origen, desde su prehistoria, donde aún sea posible “devolver al puma lo que es del puma”: su territorio, su libertad, sus sueños y un nuevo paradigma: “Todo vale madres, menos la belleza.”

Bernardo González Koppmann